Reflexiones

Ya queda menos para el 2019 y la verdad es que ha sido un año movidico al menos. En lo que a salud se refiere ha sido un caos, médicos para arriba, médicos para abajo para luego estar, dentro de lo que cabe, bien. Hace unos días terminó una de las odiseas más largas de mi vida, o eso creo. El jueves 20 me quitaron la vesícula, es una operación tonta y con pocas probabilidades de riesgo. Estoy en casa desde el día siguiente y me viene bien porque así no pierdo clase, aunque no pueda disfrutar de las Navidades. Tampoco es que las Navidades me importen mucho, me parecen una fiesta comercial e hipócrita pero hay que celebrarla y poner buena cara aunque lo que menos te apetezca es estar con la familia. Si, esa misma que muchas veces evitas cuando vas por la calle y estoy segura de que más de uno lo ha hecho. El problema ya no es la Navidad, si recordáis, y si no podéis bajar a leerlo, hace un tiempo le dedique un post a mi madre. Eso no significa que no la quiera, lo hago con locura pero hay cosas que no podré entender nunca. ¿Se puede obligar a una persona a que tenga que estar en un sitio donde no quiere estar y aún encima esperar que se quede callada? ¿No sé debería mirar primero por esa persona y más si se supone que está en reposo después de una intervención quirúrgica? ¿Dónde está el límite? Nunca he soportado los gruñidos, ni los chantajes emocionales pero, creo que no es el momento para ello. Creo que se debería pensar más en que guardara reposo y no en una cena, que por supuesto no voy a poder disfrutar ni de lejos ya que tengo que tener una cierta dieta, o que en estar todos en familia mientras tú no puedes hacer nada. Queramos o no, y más en las familias grandes, hay críos, ¿piensa alguien en si eso me perjudica o beneficia? Al igual que no quiero visitas en mi casa o en el hospital, no soy tan asocial, tienen las puertas abiertas pero que si no vienen mejor, tampoco quiero que me molesten fuera de casa porque, estoy en reposo. Pero nada, se ve que vivo en un mundo paralelo donde mi verdad solo la entiendo yo y no entiendo al resto, quizás soy yo la egoísta y no lo sabía. Menos mal que ya queda poco para que todo esto acabe, menos mal.