miércoles, 15 de julio de 2020

Dionisio

Este seguramente será el dios que muchos jóvenes y no tan jóvenes rezarían, ya que es el dios del vino, del éxtasis, de la locura, lo que vendría a ser actualmente el dios del alcohol, las drogas y la fiesta, ¿quién en su sano juicio no querría estar disfrutando eternamente con Dionisio?





Concretamente, Dionisio era una de las dos autoridades más importantes relacionadas a la tierra y el cultivo y presidia sobre el vino y la cosecha de la vid, pero una de sus características más importantes es que presidia también sobre el teatro, el éxtasis religioso y la locura ritual



Forma parte de la segunda generación, siendo el último en llegar y al que la diosa Hestia le dio su sitio. Al principio fue un semidios, ya que sus padres eran uno humano, Sémele, y el otro divino, Zeus. Zeus tuvo una aventura con la mortal Sémele y Hera se enteró. La diosa, enfurecida, bajo al mundo de los mortales pareciendo uno de ellos y le dijo a una Sémele embarazada que le pidiese a su amado que le mostrase su autentico yo. 



Sémele le hizo caso a la diosa y, en el último encuentro que tuvo con Zeus, le pidió que se mostrase tal y como era. Zeus lo hizo y la mató. Para que sobreviviera su hijo, tomó el feto de su hijo y se lo cosió en la entrepierna. De este hecho viene el nombre del dios, Dionisio, que significa dos veces nacido, aunque también puede venir de que fue semidios y más tarde Dios Olímpico.



Para esconderlo, Zeus lo envió al Monte Nisa para que lo criasen las Ninfas de la lluvia y Sileno. Este último sería se volvería su mentor durante su juventud. En dicho monte, el dios cultivó la vid por primera vez e hizo vino por primera vez para viajar por el mundo enseñando el arte de la viticultura a los mortales. 



En el Olimpo, ya como dios, se sintió ajeno y apartado. Esto se debe a que Dionisio era de los pocos dioses que eran amigables con los humanos, al igual que su hermano Hefesto, que al ser un dios feo y con deformidades, se volvió huraño con los dioses pero era relativamente amistoso con los seres humanos. 



Uno de los rasgos más distintivos del dios era que lo acompañaba y lo seguía un séquito que se conoció como tíaso, conformado por ménades, que eran seres femeninos de origen divino, y sátiros, todos ellos compañeros y partícipes de las orgías protagonizadas por Dionisio. 



Uno de los mitos tiene lugar en el sitio donde nació Dionisio. Penteo, rey de Tebas, no le reconocía como divinidad y, por ello, el dios llegó a la ciudad disfrazado de joven apuesto acompañado de las Ménades. Panteo lo encarceló pero las cadenas que le pusieron se cayeron y las puertas de la cárcel se abrieron para el dios. Para castigar al rey, le dijo que las Ménades y las tebanas representarían orgías espectaculares en el monte Citerión bajo su encantamiento. Curioso el rey, se disfrazó de mujer y se escondió en lo alto de un árbol, donde fue descubierto por las Ménades que creyeron ver un Icón y, siguiendo a la madre del rey, Agave, y a una de las Ménades más fanáticas, le bajaron del árbol y lo destrozaron. Agave volvió en sí después y enterró a su hijo, exiliándose después junto a sus padres Cadmo y Harmonía. 



Cuenta otro mito que un día Dionisio fue raptado por unos piratas que navegaban a lo largo de la costa. El piloto del barco se dio cuenta que el raptado era un dios y aconsejó a sus compañeros a desembarcarle, pero no le hicieron caso hasta que Dionisio empezó a hacer de las suyas. En una primera instancia hizo correr olas de un vino con olor embriagador por la cubierta de la nave, luego vieron trepar por el mástil y enroscarse a la vela una viña que empezó a invadirlo todo con sus ramas.  



Los piratas, consternados, decidieron regresar el barco a la costa pero ya era demasiado tarde. Dionisio se transformó en león y también creo una osa, con la cual creo el terror y el espanto entre los piratas, quienes corrían de un lado a otro totalmente aterrados. En cuanto el león salto sobre el jefe, los demás empezaron a huir enloquecidos y se tiraron de cabeza al mar, donde fueron transformados por el dios en delfines. Pero el dios salvo al piloto por haberlo reconocido desde el principio. 



El rey de Tracia, Licurgo, oyó que Dionisio estaba en su reino y encarceló a sus seguidoras. El dios del vino se escapó y se refugió junto a la titánide Tetis y, desde allí, envió una sequía, la cual hizo que el pueblo se sublevara. Tras esto, Licurgo enloqueció y asesinó a su hijo con un hacha al creer que este era un brote de hiedra. 



Un oráculo de la ciudad vaticinó que mientras el rey estuviese con vida, la tierra sería infértil. Por esto, el pueblo entero se puso en su contra y lo descuartizaron. A continuación, Dionisio levantó la maldición que había caído sobre el reino.



Para descender al inframundo, el dios descendió desde un pozo en la costa de la Argólide. Allí fue guiado por Prosimno a condición de ser su amante. En el viaje murió y, para cumplir la promesa, creó un falo con un olivo y lo clavó en la tumba de Prosimno.



Ámpelo era un sátiro que murió en un accidente mientras montaba a un toro, el cual estaba loco debido a la picadura del tábano de Ate. Las Moiras le dieron a Ámpelo otra vida como parra, de la cual el dios del vino realizó el primer vino.




Según un mito ateniense, Dionisio había instruido en la viticultura a Ícaro y a su hija Erígone. Pero cuando sus vecinos se emborracharon, temieron que se les estuviera envenenando y mataron a Ícaro. Su hija se suicidó al ver lo que había ocurrido con su padre y Dionisio castigó a los atenienses, provocando que muchas mujeres se suicidaran igual que como lo había hecho Erígone. Cuando los atenienses se dieron cuenta de la injusticia que habían realizado, decidieron celebrar una fiesta en honor de las dos víctimas.



El penúltimo mito habla de que unos campesinos encontraron a las afueras de Frigia a Sileno borracho y se lo llevaron ante Midas, quien lo cuidó y pidió que se encargaran de él hasta la llegada del dios, que lo buscaba desesperadamente. Para agradecer este hecho, Dionisio le ofreció un deseo a Midas y este pidió que todo lo que tocase, se convirtiera en oro. 



Midas lo probó y vio que funcionaba, así que ordenó hacer un gran banquete en honor al Dios. Cuando intentó probar bocado, Midas se vio que todo, absolutamente todo, lo convertía en oro. Entonces oró al dios para que le liberara del don y el dios le recomendó que se bañara en río Pactolo para liberarse de su maldición. 



Y por último, el mito que más me gusta, sí, soy una románticona así que me voy a quedar con la versión más bonita, lo siento. Ariadna ayudó a Teseo con el minotauro, entonces, cuando el héroe se iba para su casa, Ariadna se fue con él. Pero en el camino, exactamente en la isla de Naxos, Teseo abandono a Ariadna. Allí es rescatada por Dionisio y se casó con ella, regalandole una corona de oro hecha por Hefesto. Una de las versiones dice que el dios se apareció en sueños a Teseo y le dijó que la abandonara. 



Después de casarse con el dios, Teseo la mata. Dionisio, dolido, baja al inframundo a por su esposa y a por su madre Sémele, las cuales hace inmortales. 



Entre los hijos de este dios, están las Cárites, Himeneo y Príapo con Afrodita, Deyanira con Altea, con Ariadna, Enopión, Toante, Estáfilo y Pepareto y Cirse con la diosa Nix. 



Espero que este post os guste y nos vemos en el próximo. No os podéis quejar porque este ha sido más largo y el siguiente, el siguiente puede que lo sea más porque nos toca el personaje más conocido de la mitología, ¿quién será? Pronto lo sabréis. 

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