No voy a mentir, sí, me falta mucho por vivir y aprender pero me gusta de vez en cuando hablar de cosas que he vivido o he visto para ayudar a los demás. Quizá no lo lea nadie, pero como siempre digo, si llega a alguien que lo necesita, el esfuerzo habrá merecido la pena.
En este poco tiempo, entre luchas y más luchas por hacerme entender, por construir un camino propio y por hacer mi vida, he aprendido muchas cosas, gracias a momentos malos y a momentos buenos, ha habido de todo. Uno de ellos sería que nadie va a hacer nada por ti toda la vida, hay veces que tenemos que mirarnos y ser dueños de nuestro destino porque las personas no están siempre, y no solo por egoísmo, que hay muchas personas egoístas patológicas que no moverían ni un dedo, sino porque, por vueltas de la vida, cada uno tiene sus responsabilidades, sus cosas, y tienen que seguir su camino.
Por eso creo que, al final, cada uno se tiene que hacer responsable de si mismo y, aunque es algo más que dicho, buscar su felicidad propia. Y sí, otra vez, esto es una obviedad, pero, ¿la gente lo hace de verdad? Yo creo que no.
Vivimos en una época cada vez más infantilizada, donde se busca culpables fuera y no dentro, donde es mejor ahogar las penas en alcohol en vez de echarle huevos al asunto y ver que muchas veces los culpables somos nosotros mismos de esas situaciones. Vivimos en una época donde queremos que nos den todo hecho, donde no valoramos nada ni a nadie pero queremos que nos valoren, donde está más en boga utilizar técnicas como el gas lighting en otras personas para que permanezcan a nuestro lado en vez de cuidarlas y demostrarles que tenemos mucho por dar, darles la libertad de que ellas elijan desde su individualidad y no desde una manipulación, a veces inconsciente, que hagamos sobre ellas.
Tampoco ayuda que el foco de atención este cada vez más en otras personas, queriendo no hacer nada pero que nos ayuden y nos guíen como críos pequeños o teniendo a alguien que aunque no nos haga feliz este ahí solo para no sentirnos solos.
Yo he caído alguna vez en ese error, en el error de sentirme sola y buscar a alguien que me quitara esa soledad, cuando el problema era mucho más interno y tener a alguien a mi lado no lo iba a solucionar, aplacaria un poco el sentimiento en un momento dado, pero ese sentimiento volvería más adelante.
Y no soy ejemplo de nada, ya que por desgracia en mi caso si se cumple lo de que un clavo saca a otro clavo, disimulando en el proceso lágrimas o que estuviera mal, porque yo siempre estoy bien, o estoy casi del todo bien, siendo muchas de las veces una máscara que me ponía para que nadie pudiera hacerme daño.
Pero llega un momento en el que eso no vale, no vale encerrar la cabeza en compras, drogas, alcohol, tabaco o un libro, tienes que levantar la cabeza y aceptar, sí, aceptar, que hay veces que no estamos bien, no podemos estar en lo alto siempre y algunas veces bajamos. Y tenemos que intentar averiguar qué nos pasa y que podemos hacer al respecto para que cambie, para que no nos duela. Si hay que cortar relaciones, lo tenemos que hacer, si hay que cambiar algo de nuestra vida, lo tenemos que hacer, y no agarrarnos a algo efímero que no está y que solo nos hace infelices. Hay que tener el valor para enfrentar todo, no alargar nada innecesario y vivir de verdad conforme a lo que nos hace bien, eso sí, hay que saber diferenciar que tener un bache pequeño con una persona no es pasarlo mal y suelen haber, pero hay que ver si es un bache o una situación que se repite constantemente.
Gracias por leer y espero veros en la próxima, que no se cuando será !!